La verdad es que la prueba de los 60 mv la llevaba por los pelos, dado que no la puedo entrenar en pista y trato de correrla como me dice el entrenador pero me falta mucho todavía pues es una prueba bastante técnica.
En el calentamiento notaba que salía ligeramente desequilibrada tras pasar la valla pero, más o menos, lo controlaba con lo que esperaba realizar una buena carrera y conseguir puntos suficientes para poder aspirar al podio y alcanzarlo, si era posible.
Me tocó correr la serie con Arancha, lo que era una suerte pues en el Base esta prueba la entrenan y ella era, para mí, la favorita de esta prueba y de las combinadas, sin ninguna duda.
En carrera, al ver que iba sólo un poco retrasada con respecto a Arancha, me animé y lo que ocurrió es que, por mi envergadura debería hacer la transición entre vallas en 3 zancadas pero se me hace un poco largo y en 4 zancadas es muy corto el espacio y lo que ocurrió es que la 3ª valla me la comí, dandóme un golpe fuerte en la rodilla y la siguiente la salté apoyando las manos en ella´(está prohibido) e invadí la calle contigua.
Los jueces me dijeron que me debían descalificar pero que al ser pruebas combinadas y por mi edad me dejaban seguir compitiendo pero con 12"4 ó 14"2 que me dieron de tiempo ya no tenía nada que hacer de cara a la clasificación general de la prueba.
Si al fuerte dolor que tenía en la rodilla le sumaba la decepción sufrida y el rapapolvo que me dieron los jueces, la verdad es que ganas de seguir compitiendo no me quedaban muchas y mi padre decidió que no siguiera en competición, lo que comunicamos a los jueces antes de marcharnos, tristes, pero con la esperanza de que en el cross de Móstoles no tuviera molestias y pudiera rendir a tope.
Por cierto, Arancha arrolló en combinadas, secundada por Lucía Fernández (GSD) y Estefanía (CB San Fernando) en el podio.